Esta es de hace unos días.
De hecho, podía tener más de un año, porque para lo que me he prodigado en el blog… He tenido la fortuna de hacer un par de viajes desde mi última entrada, y he podido hacer alguna que otra foto, y sobre todo aprender un poco más.
Por ejemplo, he descubierto que por muy bueno que tengamos el trípode, las cosas siempre se acaban moviendo… con el resultado de que la imagen que con tanta paciencia has querido captar, termina borrosa. Esto es especialmente doloroso cuando se trata de un motivo específico, que está muy lejos de tu lugar de residencia, y que ocurre con poca frecuencia. Por ejemplo, en la hora azul.
Esta imagen del Puente de Piedra de Zaragoza, con el Pilar al fondo, es el resultado de este aprendizaje. En lugar de seleccionar ISOs bajas, he preferido dar mayor peso a la velocidad de obturación. Esto permite una mejor definición del motivo, a la par que (y de esto se da uno cuenta más tarde), los reflejos en el agua quedan más claros. Con velocidades de obturación bajas, estos detalles quedan demasiado difuminados, y como no es el objetivo de la foto, se nota.
Espero que os guste. Cuando tenga más rato, actualizaré el blog con alguna entrada más.